resucitadas de el abril ufano
que anuncia vuestras rosas,
sacándoos del rigor tan inhumano
de el cano invierno helado
a ser gallarda ostentación de el prado;
jacintos que primicias
sois, y violetas, de las otras flores,
que parece que albricias
pedís al mundo, provocando amores
de que ya el mayo hermoso
se le acerca con paso presuroso;
dorados alhelíes
bellos, blancos narcisos y mosquetas,
rosas, sí, carmesíes,
de la purpúrea sangre más perfecta
de la Ericina diosa,
que su color os dio su planta undosa;
olorosos junquillos,
poblada madreselva, jazmín blanco,
de los montes tomillos,
fragante azahar, en quien el cielo franco
mostró con mil primores
más divino poder en tus olores;
campanillas moradas,
casta azucena y trébol oloroso,
manutisas rosadas,
azul espuela, toronjil hojoso,
encarnados claveles,
menuda albahaca y verdes mirabeles;
rajadas clavellinas,
lirio que haces gallardos tornasoles,
gigantas que divinas
os mostráis, pues seguís los arreboles
de Cintio celestiales,
que su rosa os llamamos los mortales;
árboles de mil nombres,
que viste abril de flor y mayo de hoja,
regalo de los hombres,
a quien noviembre robador despoja
el galano vestido,
de verdes esmeraldas guarnecido;
arroyuelos helados
que el rubio sol los grillos os desata,
adorno de los prados,
risa de el monte, bulliciosa plata,
y de las aves lira
por cuyo aliento cada flor respira;
puras fuentes hermosas,
espejos claros de la blanca Aurora;
vida, sí, de las rosas,
gloria de el campo, espíritu de Flora,
de la vista recreo,
satisfacción suave de el deseo;
jardines deleitosos
donde se cifran máquinas tan bellas,
amenos y espaciosos,
morada hermosa de quien son estrellas
las siempre refulgentes
hermanadas cabrillas más lucientes;
plantas, flores y fuentes,
invierno, abriles, mayos y arroyuelos,
árboles diferentes,
jardín ameno, estrellas de los cielos
y campos dilatados,
[sol, aurora cándida y verdes prados,]
todos sois de el verano
y primavera galas excelentes,
librea de su mano,
que os da y reparte en tiempos diferentes
en mil varias colores
con que suspende el alma en sus primores.
Leonor de la Cueva y Silva, incluido en Antología de poetas españolas. De la generación del 27 al siglo XV (Alba Editorial, Barcelona, 2018).
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