domingo, 9 de marzo de 2025

Poema del día: "Dos | Antífonas para retocar El Mito de Sísifo y no herir a T. W. Adorno", de Luis Franco González (Ecuador, 1988)


Antífona 1: la irreductibilidad de este mundo a un principio racional y razonable

no se trata de enfrentarse a la envidia que el ser reviste en su única morada
o la novela que ha dejado inconclusa porque su padre guardó el traje de novia
con el que su madre se pegó dos tiros luego de una raya blanca previa al amanecer
no se trata de decir aquí dejo el universo
y regresar a la orilla del neobarroco a beber agua sucia
no se trata de sepultar la otra ternura con las manos aruñadas por el lenguaje
se trata de carcomer cada fibra del látigo que nos asegura la restauración

es sólo un sueño del que jamás despertaremos con sed y hambre
aquí no hay una mentira ni una palpitación que diga que fuimos o somos
aquí no se obvia el ritmo como una explicación astrofísica u ontológica

esto es un himno que se va destruyendo / que se desmorona / que se enfrenta al destino
con la única cara
la de la locura + la de la distancia + la del silencio que tengo en esta esquina
el resto de la poesía es una judería donde fornican con el prepucio de la palabra
cárcel
un nacimiento ensangrentado bajo el propio nombre del poeta
es la humanidad y su fracaso que abren nuestros ojos
para nutrir la idea absolutista de la dictadura

así que baja la cabeza y recuerda que la soledad es una e invencible, poeta
el alivio es una ramera que los débiles guardan en sus bolsillos

dibújate otro cuarto para convencerte que te has vencido
                                                                       duerme como si nadie
                                                                       en este mundo te esperara

y remolca la piedra, otra vez.

Antífona 2: no se trata de un grito de liberación y de alegría, sino de una  comprobación amarga

una metáfora más y nos acostamos
una metáfora para contradecir lo que calienta esta pequeña línea
un golpe oblicuo que estalla en las alas polícromas de esa torpeza
la debilidad que tengo cuando estoy frente al computador
y no resisto desparramarme como un territorio sin dientes
pero el terreno no está dentro de ti
él no va dentro de ti
tu nación es la jaula donde el sol se acuesta con las piernas hinchadas
tu patria es el adjetivo que advierte cómo puede otro gorrión cautivar la tristeza

otra metáfora y nos acostamos
puede ser que digamos que mañana volveremos menos sucios
puede ser que no
diles algo que quieran oír para que no reclamen a los muertos
su pobre huella centinela que es un animal caído
diles algo que quieran oír
puede ser que no
espero que incluso la piel se extienda como un gusano absorbido por la planta de tu pie
espero encontrar el desahogo del acto final
la tragedia – por ejemplo – la tragedia
pero para todo hay tiempo
                                    [mojado y abierto]

dicen que detrás de la sonrisa también se puede negar a los hijos
en mi sangre no desfila la consumación del loto
| ¿a dónde? | ¿quiénes? | ¿cuántos? | ¿cómo? | ¿hombre o mujer? | ¿niño o anciano? |
+ + + ¿douglaselmarnoexiste?
esto se desnuda como una vulva encharcada de estrellas postradas en mi cenicero
esto es otra vez volver y no quiero
puede ser que no
volver a remover las entrañas y querer estancarse en la vida
reclamar el sacrificio que la mujer olvida cada día en el panteón
mientras Jacinto peina los cabellos del arpa
y riega su sangre como un insecto atrapado en orquídeas
signos a los que no tenemos a quién dedicar
puede ser | puede.

Antífona 3: la diferencia consiste en que no haya guion, sino una ilustración sucesiva e inconsecuente

en otra latitud alguien escribirá otro canto
quemar detrás del relámpago un quejido que retroceda para buscar su lugar en el policosmosexual
¿dónde quedaron los pasos que nos buscaban?
despedirse ante la cabeza caída o el mar que no existe
y no oír la luz cuando abre tu jaula / la jaula de los pájaros ciegos
convencerse que el secreto no es otra ventana que se agrieta
sino creer en las imágenes que la lluvia estampa en el linaje de los peces

estremecerse ante el dolor de la carne que ya no es un engaño
y ahora medir la profundidad de la respiración que lame el otro labio de esta ciudad
para ya no cantar y sólo puedas ver su cabellera recogida en el insomnio más fiero

entre el agua y su obstinación de abrir el vientre para encontrar el estío
madre
¿dónde quedó el gemido que la oruga traspasó en la habitación
como un halo atrapado en el tiempo que vertió el duelo de tu hermano?
¿y las azucenas que el extraño veló sobre tu pecho como un silbido?

aquí yace esta mano que parte hacia la frontera de tu miedo

en otra latitud alguien dirá que el destierro no es perderse
sino que agotará la última palabra para esta juventud
para callar ante el lengua de ojos abiertos
para convencerse de su propósito en el mundo
de ingresar al útero tan pobres como vinimos
descalzo
siempre.

Antífona 4: no hay destino que no se venza con el desprecio

la arquitectura de la oscuridad se entiende
cuando tenemos los puertos en la punta de la lengua
en la delicadeza del silencio podrá encarnarse el último botón en los huesos
de este mamífero que arde en fiebre y oculta su cabeza

una mano con ansiedad que se arriesgue ante el cigarro
una mano para la abstracción del viento que huye de lo concebido

[mojado y abierto]

no hay destino
puede ser que no

quédate aquí
con la madera y los libros
para que sientas la añoranza de los conceptos
donde la desgracia peina la melena de los árboles de pehuén
mientras nos despedimos

puede ser que no | puede ser.

Luis Franco González, incluido en Liberoamérica (29 de mayo de 2021, selec. de Juan Suárez Proaño).

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