¡Bajo el beso el pecho, cual bajo un lavabo!
No siempre, seguido, luce así el estío,
ni, noche tras noche, al son de acordeones,
se alza con el polvo y lo pisoteamos.
Me hablan de vejez. ¡Rara profecía!
No hay resaca que alce brazos hacia el cielo.
Dicen que no crees. No hay rostro en los prados,
ni corazón en los estanques, ni Dios en el pinar.
¡Me partes el alma! Hoy ásala toda.
Es el mediodía del mundo. ¿Dónde están tus ojos?
Lo ves, en lo alto, los pensamientos
forman una espuma
de pájaros carpinteros, nubes, piñas,
calor y coníferas.
Aquí se corta la vía del tranvía urbano.
Más allá son pinos.
Apartando ramas,
corre un cortafuegos,
patinando en la hierba.
Mediodía. Fiesta de la Trinidad.
Festejos populares.
El soto me pide creer
que el mundo es siempre así.
Lo piensa así el bosque,
lo creyó el calvero.
Así cae sobre nosotros todos
desde las nubes.
Boris Pasternak en Lección de filosofía, incluido en Por la paz y por el pan. Obra completa I (Ediciones 29, Barcelona, 1978, trad. de César Astor).
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