jueves, 10 de septiembre de 2009

Poema del día: "Nevasca", de Boris Pasternak (Rusia, 1890-1960)

1
En el templo-fortaleza, nunca hollado
por humano pie y tan sólo por hechizo
y nevascas, en el rincón endiablado
en que las propias nieves yacen muertas.

En el templo-fortaleza nunca hollado
por humano pie y tan sólo por hechizo
y nevascas, llegó hasta la ventana
un trozo de retranca juguetona.

No se ve nada, y esto que ese templo
puede estar en la ciudad, en Zamoskvorechie
en Zamost y demás (si alguien llegase a media noche
daría un paso atrás al verme a mí).

Escucha, en este lugar jamás hollado
por humano pie, solamente lo han hecho malvados,
tu mensajero -cual hoja de abela-, sin labios,
sin voz, cual fantasma, está blanco cual sudario.

Corría azorado, llamaba a todas las puertas,
en torno miraba como un torbellino...
-¡No es esta ciudad; y la noche, tampoco...,
y te has confundido, mensajero suyo!

Mas tú, mensajero, por algo me has dicho en un susurro:
-En el templo éste, en que no hay ni un bípedo...
yo soy también un... Perdí mi camino.
No es esta ciudad; y la noche tampoco.

2
Todas las puertas tienen cruces, como en la noche
de San Bartolomé. Disposiciones de vientos conspiradores:
ciega las ventanas y pega papel en los marcos,
que allí se alza la infancia con el Árbol de Navidad.

Redobla el complot de bulevares sin hojas.
Con la humanidad acabar han jurado.
¡Al punto de cita, ciudad! ¡A las afueras!
Y, cual una antorcha, humean los vientos sobre la impureza.

Caen en mis manos finas pelusillas.
Temo a las nevadas en sitios desiertos.
Pasan los copitos cual sordas linternas.
¡Os hemos conocido, ramas! ¡Y a ti, transeúnte, también!

Claros en el hielo, y el son de los vientos.
Parece decir: "¡Coligny, sabemos donde vives!"
Hachas y gritos: "¡Os hemos conocido, cautivos del confort!"
Y en la puerta, con tiza, una gran cruz.

Y campo armado fueron, en pie de guerra están
las heces de este mundo, los vientos destructores.
Se van para la fiesta los bisnietos, a ver al bisabuelo.
Noche de San Bartolomé. ¡A las afueras! ¡A las afueras!

Boris Pasternak en Por encima de las barreras, incluido en Por la paz y por el pan. Obras completas I (Ediciones 29, Barcelona, 1978, trad. de César Astor).

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