Soledad de caoba
que la piedra comparte, sigilosa memoria
que hacia el tiempo
confluye y brota prisionera
de la luna y el sueño
y lentamente aspira
la verdad y su belleza.
Manzana de la luz,
suavemente ignorante,
el cáliz terso
de su piel construye,
aroma y fuerza
que el deseo clama
Paloma Palao en Hortus conclusus (1986), incluido en En voz alta. Las poetas de las generaciones de los 50 y los 70. Antología (Ediciones Hiperión, Madrid, 2007, ed. de Sharon Keefe Ugalde).
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Los Magnolios son unos de mis árboles favoritos, y es verdad que tienen un halo extraño, una eclosión de olor en las noches de agosto y una capacidad evocadora muy potente, casi de todo se puede pensar de ellos.
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