A veces pienso
que el otoño se quedó en mí.
Como los murciélagos que se cuelgan
en los agujeros de las casas viejas,
así, abismos de otoño se colgaron
una vez, en esta noche de mi alma.
Con insomnio
es mejor pasear, comer el silencio
de las calles agrias, navegar
en puertos del abandono.
Y durante el día,
cuando los hombres exaltan
su luz cierta, yo prefiero
ocultarme en un cuarto oscuro,
vaciar mis botellas,
planificar mis suicidios.
Pablo Méndez en Cadena perpetua. Antología (1993-2001) (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2002).
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cuantas veces uno plantea sus suicidios en una botella al costado del otoño emocional
ResponderEliminarme ha gustado tu blog
saludos
Desde luego creo que cada uno llevamos un otoño dentro. La noche nos oculta y el día nos ensombrece, pero es más fácil sobrevivir en la noche que en el día.
ResponderEliminarBesos.
p.d.espero que lo de ayer fuera bien, aunque no tengo ninguna duda.
Sí, lo de "ayer" estuvo muy bien.
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