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Uno de los territorios más conflictivos ha sido, precisamente, Kosovo, cuyo nombre, paradójicamente, significa “campo de mirlos”. La disputa principal ha sido entre serbios y albaneses, pero por allí han pasado multitud de invasores y libertadores. Este ir y venir de guerreros es el que dio pie al escritor albanés Ismail Kadaré, seguramente el más famoso en la historia de su pequeño país, a escribir Tres cantos fúnebres por Kosovo (Alianza Editorial, Madrid, 2004, trad. de Ramón Sánchez Lizarralde).
Se trata de tres cuentos cortos que, con ciertos tintes épicos, describen el enfrentamiento ancestral entre albaneses y serbios por Kosovo, tomando como base la batalla en la que un poderoso ejército formado por combatientes de diversos reinos cristianos, entre los que se encontraban albaneses y serbios, fueron derrotados por el ejército otomano, derrota que supuso el comienzo del predominio turco sobre los Balcanes. La batalla se libró el 28 de junio de 1389.
En el primer cuento, La vieja guerra, un narrador omnisciente nos cuenta la batalla desde el punto de vista de los distintos nobles que participaron en ambos bandos, haciendo hincapié también en los momentos anteriores al comienzo. Nos enteramos de los diversos participantes y se nos presentan unos poetas que cantan las gestas de sus ejércitos y que serán los protagonistas del siguiente cuento.
La gran señora tiene como narrador a Gjorg, el poeta albanés que canta las excelencias de su ejército en la gloriosa defensa de Kosovo frente a los serbios. Estos cantos aportarán momentos de un humor ácido, tragicómico diría, cuando en todo momento, y a pesar de ser aliados, e incluso amigos, como llegarán a ser el poeta serbio y el albanés, ambos se dedican a recitar cantos contra sus eternos enemigos: serbios o albaneses.
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En el último cuento, Plegaria regia, muy cortito, el sultán otomano Murad, vencedor de la batalla, pero muerto en la misma y cuya sangre fue derramada en la planicie kosovar, presencia desde la tierra en la que yace la sinrazón bélica de los pueblos que se disputan la zona y termina asqueado de tanta sangre como ve derramarse.
En definitiva, se trata de una pequeña joya literaria que nos ayudará mucho, además, a comprender el permanente enfrentamiento entre serbios y albaneses por la llanura de Kosovo, pero también a entender la mezcolanza de pueblos y culturas que conviven en los Balcanes, casi siempre a su pesar. También es un libro que reivindica con fuerza unas culturas milenarias para que no sean excluidas de la moderna construcción de Europa.
Francisco Cenamor
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Hola, Cena.
ResponderEliminarHay un libro de Kadare, "El cortejo helado sobre la nieve", es un cuento largo, que es una maravilla. Prosa precisa, influencia social y domínio absoluto de las técnicas narrativas.
Este que comentas no lo he leído y como comprenderás, tratándose de cuentos me interesa.
La próxima vez que nos veamos (que será prontito porque ya tengo el vídeo de O y MR) me gustaría que me lo dejases.
Un abrazo
He estado un tiempo ausente. Llego hasta ti para saludarte y restablecer el contacto.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Pues tendría que sacarlo de la biblio porque no lo tengo, sería mejor para junio porque ahora lo estamos leyendo y estará muy solicitado.
ResponderEliminarEste me gustó mucho, creo que el menda escribe muy bien y además tiene un gran dominio sobre el asunto que trata.
Me alegro de que regreses, un abrazo Rafael.
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