Cuando hablo a las divinidades anónimas que parasitan la tierra
oh rueda dentada de la sombra en el estuche de la noche
te llamo por todos los nombres del mundo
granjero de la naturaleza que escudriña el cielo sobre las tumbas
Señales del espanto
es acaso la estación donde se detienen las apariciones de la vida
el embriagado con la propia voz ya no encuentra las palabras de amor
ahora que el frío obliga al misterio a bajar
los cursos de agua
Nieves memorables precediendo la caída de alfileres con cabeza de ángel
qué confusión de influencias astrales por encima de los osarios
uno de cada dos muros me defiende de las quimeras
El bello crimen pasional cuando las manos del leño se apoderan del fuego
Gui Rosey en La guerre de 34 ans (1932), incluido en Antología de la poesía surrealista de lengua francesa (Fabril Editora, Buenos Aires, 1961, selec. de Aldo Pellegrini).
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