se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega, incluido en Poesía de los Siglos de Oro (Epublibre, Internet, 2002, ed. de Felipe Pedraza y Milagros Rodríguez Cáseres).
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Sonetos (XI, XXII, XXVII)
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¡Garcilaso... inconfundible siempre, por elegante y caballero!
ResponderEliminarEste poema es exquisito.
EliminarUn soneto exquisito e inconfundible.
ResponderEliminarGracias, Fran.
Un abrazo.
Una joyita.
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