Querida, ven a mi lado;
mirémonos a los ojos.
Bajo tu mirada dulce,
quisiera oír tus latidos.
Este oro del otoño,
hoy, un mechón blanquecino,
le cayó como un milagro
a este golfillo impaciente.
Dejé mi pueblo hace tiempo,
con sus bosques y praderas,
en la triste gloria urbana,
quisiera vivir perdido.
Y que el corazón a solas,
evoque el jardín de estío,
donde entre cantos de ranas,
yo, me iba haciendo poeta.
Allí, también es otoño...
Sus ramas tienden los tilos
y entran por las ventanas
en busca de los ausentes.
Hace tiempo que se fueron...
La luna en el camposanto
dice, enfocando las cruces,
que pronto iremos a verlos.
Y ya pasada la alarma,
llegaremos a otras frondas...
Todas las undosas rutas,
alegran siempre a los vivos.
Querida, ven a mi lado,
mirémonos a los ojos.
Bajo tu mirada dulce,
quisiera oír tus latidos.
Serguei Yesenin, incluido en Antología poetas soviéticos (Editorial AHR, Barcelona, 1968).
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Gracias. Agregaré su blog a mis enlaces. Saludos.
ResponderEliminarOk muchas gracias. Un abrazo.
EliminarMe felicito por este hallazgo. Altamente disfrutable. Saludos Francisco.
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