más viejos y más altos, creían
que todo era de dulce.
...Por las hormigas.
Que bastaban unas cuantas gotas
en el mapa de almíbar de los manteles,
para que los hormigueros
pusieran sus calles en camino.
Eran de azúcar las campanas
que empezaron a llover sus terrones
sobre las casitas de los calendarios,
asomados en traje de domingo a la puerta.
Pero también eran de azúcar las campanas
que corrían con sus sogas abiertas
para enlazar el toro
salido del incendio a la noche.
Y el trasatlántico de los gobelinos
colgados en la tienda celeste,
y hasta las hojas
que el mar iba soltando por la playa,
caminadas de hormigas, eran de azúcar.
Y eran de azúcar
las colinas que habían perdido
sus caramelos de esmeralda,
por las orillas de los stadiums deportistas.
Y los bronces de las músicas militares
por plazas y paseos,
destilaban de igual manera
sus imanes almibarados para hormigas.
Pero la pantera que de pronto alzó el grito
de aquel luto, por detrás de los cielos.
También era de azúcar.
...Por las hormigas.
Jacinto Fombona Pachano, incluido en Faunética. Antología poética zoológica panamericana y europea (Instituto Caro y Cuervo, Santa Fe de Bogotá, 1999, selec. de Víctor Manuel Patiño, trad. de Mauro Armiño).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: