La Noche es una enorme Esfinge de granito negro
Allá lejos.
Enciendo mi lámpara de cabecera.
Estoy leyendo a Sherlock Holmes.
Pero en los vientres hay fetos pensativos desarrollándose...
Y hay cabellos que están creciendo, lentamente, debajo de la tierra,
Junto a raíces húmedas...
Y hay cánceres... ¡cánceres!... distendiéndose como lentos dedos...
Imposible, querido Doctor Watson, seguir el hilo de su confusa y deliciosa historia.
La noche amasa pavor en las estrellitas.
Es un engrudo espeso, oscuro...
Deseo de gritar claros nombres serenos
PALAS NAUSICAA ATENEA Ay, pero los dioses se han ido...
Sólo tú te has quedado...
Sólo tú, al fondo de la noche inmensa, agonizando eternamente en tu cruz...
Mário Quintana, incluido en Antología de la poesía brasileña. Desde el Romanticismo a la generación del cuarenta y cinco (Editorial Seix Barral, Barcelona, 1973, trad. de Ángel Crespo).
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