Me gusta una muchacha que pueda entretenerme
y que no me vigile,
y que no se entrometa en mis asuntos,
que rápido se enoje y rápido se calme
al saber que los dos sentimos lo que pasa.
Que no tenga virtudes en exceso,
y que no sea amable en demasía.
Que sea bella, no se ofenda con bromas,
y no evite abrazarme ante la gente.
Porque si fuera pura y temerosa,
cuidara de su fama, fuera celosa y digna,
mi corazón con ella no encontraría asiento
—¡qué feo es que lo diga!— pues... sería mi esposa.
Jan Andrzej Morsztyn, incluido en Antología de la poesía polaca desde sus orígenes hasta la Primera Guerra Mundial (Editorial Gredos, Madrid, 2006, ed. y trad. de Fernando Presa González).
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Entendí mal el poema, o está describiendo a la mujer ideal que es contraria a su esposa, ¿Es así?
ResponderEliminarVaya por delante que creo que cada poema dice una cosa a cada persona que lo lee. Es el eterno deseo masculino de tener la amante y la esposa. Cada cual cumpliendo los deseos masculinos.
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