El siglo nuevo comenzó con la esperanza de un mundo nuevo. El dolor, la injusticia, debían quedar atrás... Un mundo nuevo para la fraternidad entre los seres humanos, para la redención de la tierra de los hombres, para el ejercicio feliz de todas las posibilidades humanas... Éste es el sentimiento que prevalece en los programas de las nuevas poéticas. El sueño invade la realidad: las invenciones que extienden los poderes humanos son productos, como el arte y la poesía, de una igual capacidad de creación. El espíritu no conoce límites, ni en los espacios interiores ni en los exteriores... Una feliz y renovada confianza en la posibilidad de unificar ambos mundos, a la que la guerra impondrá un nuevo y trágico desmentido...
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