Pocos visitantes atraviesan esta puerta.
Frente a las gradas crecen
numerosos pinos y bambúes,
la pared oriental resguarda
del aire del otoño.
Por el patio occidental
sopla la brisa fresca.
Aunque tengo un arpa
no tengo ganas de tañerla.
Tengo libros, pero
me falta tiempo para leer.
Todo el santo día, en esta región
de una pulgada cuadrada,
sólo existe la tranquilidad
y la ausencia de pasión.
¿Para qué habría de agrandar
mi casa?
No tiene sentido hablar mucho.
Una habitación mediana
es suficiente para el cuerpo;
dos tazones de arroz
bastan para el estómago.
Además de esto, sin ninguna habilidad
para el manejo de los negocios,
haraganeo y recibo
el salario que me da el Emperador.
Jamás he plantado una sola morera,
ni abrí un solo surco para el arroz.
No obstante, me alimento bien
todos los días
y ando bien ataviado
durante el año.
Con semejante conciencia
y conociendo mi retraimiento,
¿Por qué habría de estar descontento?
Bai Juyi, incluido en Poetas chinos de la dinastía Tang (618-907) (Visor Libros, Madrid, 2000, selec. y trad. de C. G. Moral).
Otros poemas de Bai Juyi
Pincha para ver la lista de poemas incluidos en el blog
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: