Para Charles y Holly
Un perro viejo, temeroso
de su propia sombra
en un pueblo del sur.
La historia me la cuenta
una mujer casi ciega,
una cálida noche de verano
mientras las sombras
del bosque de New Hampshire
se deslizan bajo nosotros:
una calle extensa, un perro inquieto,
un par de gallinas polvorientas
y aquel sol cayendo a plomo
en un pueblo sin nombre del sur.
Me hizo recordar a los alemanes
desfilando ante nuestra casa en 1944.
El modo en que todos nos quedamos en la acera
mirándolos con el rabillo del ojo,
el temblor de la tierra,
el paso de la muerte...
Un perrito blanco corrió hasta el asfalto
y se enredó en los pies de los soldados.
Una patada lo hizo volar como si hubiera
tenido alas. Esto es lo que ahora veo.
La noche cayendo lentamente.
Un perro con alas.
Charles Simic en Desmontando el silencio (Ayuntamiento de Lucena, Córdoba, 2003, trad. de Jordi Doce).
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