Un poeta de un solo humor dondequiera que voy,
atravesando la vida entera por cantarle a un solo amor,
por la tierra entera, como el viento del oeste, me desplazo,
el sonido de mi harpa desbordando mis propios caminos salvajes.
Los países cambian, pero no los ventosos días del oeste
que son mis canciones. Mis cielos suaves brillan
en las alturas, y en todos los mares el color de una paloma,
y en todos los campos un destello de plata gris.
Consigo que el mundo entero atendiese a mi arte
y a sus dulces significados monótonos. En tus oídos
permanezco igual, y a cambio soporto siempre el mismo
pensamiento, que es el tesoro de mis años.
Sobre mi corazón, una pequeña nube preñada de lluvia;
mis brazos la estrechan como a un niño que ha roto a llorar.
Alice Meynell, incluido en Antología de poetas inglesas del siglo XIX (Alba Editorial, Barcelona, 2021, trad. de Xandru Fernández y Gonzalo Torné).
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