Como si estuviesen petrificados se ubican en medio del espacio del cual disponen, a una cierta distancia no pueden observarse el uno al otro ni pueden distinguir el diseño de los objetos de su casa. Si observaran con detención descubrirían que tanto la madera del suelo como la tela de su vestuario están cubiertas por la trama de la impresión. Sienten que alguien los observa, como si la presencia de muchos ojos se instalara siempre en el mismo lugar para observarlos. Naturalmente ninguno de ellos sabe que en realidad así es. Aunque usted se instale frente a ellos y les escupa o les sople a los ojos no tienen conciencia de usted. Como es natural en ellos, su piel se eriza en una mezcla de horror y ansiedad ante la fuerte presencia de una mirada desde fuera de su espacio.
Nuevos hombres y nuevas mujeres habitan hoy la casa.
Gustavo Barrera Calderón en
Creatur (2009), incluido en
Doce en punto. Poesía chilena reciente (1971-1982) (
UNAM, México, 2012, selec. de
Daniel Saldaña París).
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