De todas formas, él no dirá nada.
El peso que lleva encima presiona sus carnes
Y la cabeza le cuelga como una carga pesada.
Se trata de uno de esos momentos en la vida en que nada se sabe.
Llora, pero sus lágrimas se quedan adentro.
En sus ojos revolotean todo tipo de imágenes.
Levanta la cabeza y espera, siempre espera, seguir hacia adelante.
1934
Zang Kejia, incluido en El cielo a mis pies. Antología de la poesía china moderna 1918-1949 (Ediciones Hiperión, Madrid, 2013, selec. y traduc. de Blas Piñero Martínez).
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
Recreación perfecta de la madurez.
ResponderEliminarSí, es magnífica esa proyección en la naturaleza que de la vida humana ha hecho siempre la poesía oriental.
Eliminar