A mí me gustan más los viejos.
Están ahí sentados y nos miran y no nos ven
y bastante tienen con lo suyo,
como los pescadores en las riberas de los grandes ríos,
inmóviles como piedras
en la noche estival.
A mí me gustan mucho los pescadores en las riberas de los ríos
y los viejos y los que salen a la calle tras una larga enfermedad.
Tienen algo en los ojos
que el mundo ya no ve
los viejos, como convalecientes
cuyos pies aún no son lo bastante fuertes para sostenerlos
y con la frente pálida como después de la fiebre.
Los viejos
que vuelven a ser ellos mismos lentamente
y se disuelven lentamente,
como el humo, imperceptiblemente se transforman
en sueño
y luz.
Rolf Jacobsen en Hemmelig liv (1954), incluido en Poesía nórdica (Ediciones de la Torre, Madrid, 1999, ed. y trad. de Francisco J. Uriz).
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A mí también me gustan más los viejos. Gran poema.
ResponderEliminarMuy tierno.
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