Para Andrés Fisher
1.-
sardinas, sardinas. El sonido azul plata de las escamas. Algas y pecios. Me sumerjo en el mar y nado hacia la boya de atraque. Sardinas de donde vengo, en las fábricas que recogen dunas y viejas máquinas. Anclas enormes de la última almadraba se oxidan en la arena del Cantil.
2.-
cantos de la taberna en la esquina del muelle. Olor agrio. Sudor y alcohol. Cantos rebotados en las paredes sucias. Cantos de redes y vidas en el abismo olor a brea. Sardinas y pan.
3.-
en el callejón en sombra del casino, mi abuelo bebe oloroso sentado en una silla cromada. Sombreros y guayaberas agitados levemente. La brisa llega del puerto. Sobre los hombros giran las gaviotas. La azotea de la fábrica de conservas vacía y la pared encalada.
4.-
sardinas reventadas en el suelo de adoquines. Huele a gasoil y redes mojadas. El marinero masculla unas palabras sobre la barra de latón. Como el quejido de una isla que se aleja mar adentro. Sobre la línea del horizonte.
Antonio Cordero Sanz en Bardeo (Amargord Ediciones, Madrid, 2014).
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