Sobre el aldabón de plata bruñida, mancillada por el tiempo, mancillada por el polvo del tiempo, una especie de Buda cincelado con la frente muy alta, las orejas colgantes, el aspecto de marinero o de gorila: era Fantomas. Tiraba de dos cuerdas para izar algo que ignoro. Su pie resbala; la vida le va en ello; es necesario alcanzar el pomo del llamador, el pomo de goma antes que la rata que lo va a horadar. Pero todo esto no es más que plata cincelada para un aldabón.
Max Jacob en Le Carnet a Des (1917), incluido en Poetas franceses contemporáneos (Ediciones Librerias Fausto, Bueno Aires, 1974, selec. y versiones de Raúl Gustavo Aguirre).
Otros poemas de Max Jacob
Amor al prójimo, Fantomas, La señora ciega
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Muy visual. Imagenes saltan a la vista al ver una aldaba, No conocia al poeta.
ResponderEliminarIré colgando más poemas suyos.
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