Arrastrando cadenas, lentos, lentos los instantes cojean esta tarde tristona. El aguacero azota las ventanas, el remordimiento mi corazón.
Encima de las filas de caras inquietas sobre las filas de pupitres destartalados, dos lámparas cuelgan su luz pálida en el aula fría. Es la lluvia la que azota las ventanas, pero el remordimiento es el que azota mi corazón mientras los momentos arrastran sus cadenas.
Aborrezco este cuarto, aborrezco su vaga blanca luz y el barajeo de los pares y pares de pies a lo largo del gastado suelo. ¿Por qué no corren estos pies? ¿Por qué no se escapan de este sitio donde los instantes cojean arrastrando cadenas?
Helen R. Fogelquist, incluido en Música de otros. Traducciones y paráfrasis (Galaxia Gutenberg-Círculo de lectores, Barcelona, 2006, trad. de Juan Ramón Jiménez).
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Verso en prosa (1, 2, 7).
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