que no cierra,
una cortina despintada
de orejas enormes,
un cuarto pequeño como una gaveta,
un abanico eléctrico que no funciona,
una vieja lámpara fundida,
una mancha imborrable
como un error,
tres sillas para tres cansancios,
una cama llena de trucos médicos,
una mesa de noche en su día de descanso,
un naranjo frente a la ventana, y los empleados,
las voces y los pájaros
y el invierno entrando, saliendo de los pasillos,
un enfermo que lee, otro que duerme
y otro que escribe que la muerte no existe.
José Adán Castelar, incluido en Poesía contemporánea de Centroamérica (Los libros de la frontera, Barcelona, 1983, selec. de Roberto Armijo y Rigoberto Paredes).
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