De rodillas la juventud de rodilla la cólera
El insulto sangra amenaza ruinas
Los caprichos no tienen ya corona los locos
Viven pacientemente en el país de todos.
El camino de la peligrosa muerte está cortado
Por soberbios funerales
El espanto es cortés la miseria encantadora
Y el amor hace reír a los obesos inocentes.
Adornos naturales elementos de música
Virginidades de barro artificios de mono
Respetable fatiga honorable fealdad
Trabajos deliciosos donde el olvido se sacia.
El sufrimiento se halla aquí por casualidad
Y somos el suelo donde todo se ha edificado
Y estamos en cualquier parte
Donde se eleva el cielo de los demás.
Allí donde negarse a vivir es inútil.
Paul Éluard en El amor y la poesía (1929) (Visor Libros, Madrid, 1997, versión de Manuel Álvarez Ortega).
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Qué bello, sobretodo los últimos versos.
ResponderEliminarUn buen poeta, sin duda.
ResponderEliminarQue bueno Eluard :)
ResponderEliminarPues sí, la pena es que no he podido encontrar más libros suyos en la biblioteca.
ResponderEliminarVinculo tu blog con el nuestro, Pensión Ulises.
ResponderEliminarAlberto Tugues, un saludo
Hola Alberto, muchas gracias. Hace casi un año hice una breve reseña de vuestro blog:
ResponderEliminarhttp://franciscocenamor.blogspot.com/2010/08/blog-del-dia-pension-ulises.html
Un abrazo.