¿Quién podrá detener la huida incontenible,
la constante agonía de avance y retroceso
de nuestros hombres-islas, de nuestras islas-hombres?
Huir no es renacer o cambiar de lugares.
No confundáis jamás huida y cobardía,
huir no será nunca poner tierra por medio.
Porque huir no es marchar hacia otro refugio.
Es lanzarse al vacío, ceder a un arrebato
de pasión que no espera.
Cuando huyen las islas es que algo las busca
para manchar acaso el cristal de sus sienes
y entonces brotan alas en todos los senderos
y hay algo que sublima lo mezquino y lo pobre.
Ernestina de Champourcin en Huyeron todas las islas (1988) (Centro Cultural de la Generación del 27, Málaga 1997).
Otros poemas de Ernestina de Champourcin y artículos sobre su obra
Pincha para ver la lista de poemas incluidos en el blog
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: