La calle de puntillas
no interrumpe el silencio.
Hay sombras de campanas
entre la punta verde
de un ciprés que escapó
a la última poda.
Alguien juega a saltar,
a correr, a reírse
como si las escuelas
estuvieran cerradas.
Y yo juego también
a que no tengo prisa.
¡Dios sabe convertir
los lunes en domingos!
Ernestina de Champourcin en Primer exilio (1978) (Centro Cultural de la Generación del 27, Málaga 1997).
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