No ser pilar ni rosa.
Todo comienza cuando quieres que la roca sea otro, construir en medio de la nada
el más fuerte espacio del todo.
Todo comienza por coleccionar el vacío. Cajas desarmadas en las aceras de la
ciudad, detrás de los comercios, en una esquina, al lado de la bicicleta oxidada.
Cinta adhesiva y marcador.
Todo comienza porque quieres trasladarte introduciendo cada fragmento de una
vida en un cubo degradable que firmemente deje dicho lo que adentro lleva.
Organizar la vida. Catalogar los recuerdos en “perdurables” y “para donar”.
Darse en el objeto.
Botar el colchón de 25 años que no vale una casa nueva.
Date cuenta que no podrás llevarte las manchas en la pared
o el olor a madera no pulida
el árbol de higos testimonio del consumir de las estaciones.
Date cuenta que ya no serás el pomo de esta puerta
128 ya no es número que te oriente.
Tus pasos dejarán de ser ciegos movimientos sobre lo sabido.
Lloverá tu cuerpo lo nuevo con cautela.
Dejarás las luces prendidas para asegurar tu verticalidad.
Le darás lugar primero a las cosas.
Amplio espectro de lo inédito será tu orientación.
Tendrá la vista nueva ascendencia sobre los árboles.
Silencioso pájaro cantará en lo blanco
y serás deseo del otro
casa sin ruidos
piso sin pelos de perro
escalera oscura noche de lo que siempre han sido.
Camila Ríos Armas, incluido en Ritmo (nº 22, ene.-abr. de 2015, UNAM, México).
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