Durante una visita que Samson me hizo en París evocamos a Camus muerto pocos meses antes, pero que parecía haberse quedado en aquella casa de los Tocqueville. Le cité la estricta frase de Hermán Melville que Camus amaba por encima de todas las semejantes: «La verdad expresada sin compromisos siempre tiene los bordes despedazados.» De repente, prestamos más atención a los pasos de alguien que descendía por la escalera de madera del edificio, antes de perderse en la calle. Jean-Paul Samson se levantó, se secó los ojos, se caló la boina sobada y se dio prisa en marcharse.
No existe la quimera. Y sin embargo algunos hombres, nunca demasiado instalados, encarnan sus rasgos furtivos y desembriagadores. Samson fue uno de ellos. Allí donde la muerte los acuesta los vientos de la tierra, ciertos días, son más glaciales o más cálidos. Y los jardineros y los cazadores los localizan.
1961
René Char en Indagación de la base y de la cima (1952-1960) (Ediciones Árdora, Madrid, 1999, trad. de Jorge Riechmann).
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Gracias por compartírnoslo, amigo.
ResponderEliminarAbrazo