Esta melena nació
Del cuerpo de una galaxia,
Renació después en Eva,
Atravesó muchos túneles
De cuerpos grandes, morenos,
Pero una vez aparece
En el mundo, exactamente
En la melena de Dulce,
El día cinco de abril
De mil novecientos tres.
Y ha renacido imperiosa:
Era preciso una vida,
Todo un cuerpo, una desgracia,
Para cebar a la hambrienta.
Sus amantes, a la sombra
De la melena de Dulce
Pasaban días y noches,
Algunos no recordaban
Que había tras el cabello
Otras bellezas del cuerpo.
Mató el marido de Dulce
A aquella pobre cuitada
Y a aquel amante de Dulce
De dos tiros de revólver.
Pero el tonto del marido
No sabe que la melena
Ya ha renacido, furiosa,
En la hija que tuvo Dulce.
El marido mató a Dulce,
No ha matado a su melena:
Mucho que hacer ha de dar.
La hija de Dulce no tiene
Más que diez años: parece
Que ya tiene quince, porque
Esa melena pesada
Va por delante del cuerpo,
llama a los adolescentes,
Tiene su vida, no muere.
Murilo Mendes, incluido en Antología de la poesía brasileña. Desde el Romanticismo a la generación del cuarenta y cinco (Editorial Seix Barral, Barcelona, 1973, trad. de Ángel Crespo).
Otros poemas de Murilo Mendes
El niño sin pasado
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: