Esta noche se soltó los brazos
el árbol de enfrente
me sorprendió al correr
las cortinas esta mañana
fijándose en mí, desnuda
un crucifijo negro, tundido
plantado contra su voluntad
sobre un fondo grisáceo
de cielo y hormigón
Me dije
¿será posible…?
¿y yo dónde estaba…?
hasta que las hojas en remolino
un grito amarillo
en medio de esta calle de luto
me atrapó los pensamientos
y los arrastró a otro lado…
los niños durmieron y se levantaron
y crecieron un poco más
durmieron y soñaron y
se despertaron llenos de preguntas
que me fastidian y quisiera enterrarlas
Ni siquiera en sus ojos
queda algo de piedad
Nadja Mifsud, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 4, febrero 2024, Chile, selec. de Khedija Gadhoum, trad. de Antoine Cassar).

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: