Aupado por la cóncava palma del monte Moka,
y cercados tus labios por la maraña de la selva,
te adormeces, soñando, cara al cielo.
Háblame, padre lago. Entrégame tus confidencias
con la lengua de tu espuma luminosa,
que vierte la cascada en tu redondo seno.
Háblame de este cielo que llora lluvia eterna
sobre el costado del África Ecuatorial.
De estas nubes henchidas de promesas,
condenadas a un vuelo sin reposo.
De las fieras que nutre la siempre
verde ubre de la madre selva.
Cuéntame la hermosura de esos profundos bosques
que pueblan tus enormes y bien contorneados befos.
Cuéntame tus misterios todos, hoja por hoja.
Háblame del gran mar, dormido al beso
de su novia, la luna.
De la ceiba, morera, tabaco y cafetales.
Y, mientras te acompañe
la música caliente de los tam-tam enardecidos,
en las noches de blandos sueños,
acúname con tu elote azul cobalto.
Luis María Ondo Mayie, incluido en Quince poetas de Guinea Ecuatorial (Academia de escritores boyacenses, Colombia, 2018, ed. de Gilberto Abril Rojas).
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