Y ahora cava alrededor de la planta
que germina como una palabra
es un ramo de oro la manga que mueve
en el centro de un hermoso campo en Viterbo
reza y entretanto araña el primer hoyo
cuidando no cortar las raíces.
Tiene cuarenta o quizá cuatrocientos años
el campesino en la tierra negra escarba
con las manos desnudas y entre vasos rotos
y fragmentos hunde sus dedos sucios
extrae una patata y otras más
empuja una carretilla llena de cosas.
En el cielo resplandece el sol de la mañana.
No sabe que es un centinela
cuando en su azada se apoya.
Gabriella Sica, incluido en Altazor. Revista electrónica de literatura (1ª época, año 2, agosto 2020, Chile, trad. de Emilio Coco).
Recordarnos el centinela y el fruto de su cosecha que es nuestro.
ResponderEliminarDesde luego el título de este poema no puede ser más acertado.
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