Muchas cosas nos deben gustar en este mundo
si queremos saber cuál de ellas preferimos,
los dulces, el Océano, el juego, el cielo azul,
las mujeres, los potros, los laureles, las rosas.
Debemos hollar flores que están recién abiertas,
debemos llorar mucho, decir muchos adioses.
Y cae el corazón en la cuenta que es viejo,
y el efecto al irse nos descubre las causas.
De esos bienes fugaces que se prueban a medio,
el mejor que nos queda es algún viejo amigo.
Reñimos, nos rehuimos. Con que un azar nos junte,
nos reunimos, reímos, nuestras manos se tocan,
y entonces recordamos que juntos caminábamos,
que el alma es inmortal y que ayer es mañana.
Alfred de Musset, incluido en Revue des Deux Mondes (1841), incluido en Antología de la poesía romántica francesa (Ediciones Cátedra, Madrid, 2000, ed. de Rosa de Diego, trad. de Evelio Miñano).
Otros poemas de Alfred de Musset
Al Señor V. H., Ensueño, Tristeza
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: