¡Qué hermosa luna!
¡Qué amable noche!
La brisa dulcemente
juega entre las ramas.
Mira cómo vuela
el ruiseñor entre las hojas
y cómo busca compañía
la tórtola en las fuentes.
La encuentra, la abraza
con deseo y alegría.
La besa, suspira dulcemente
y agita las alas.
¡Amadas aves!
¡Inocentes suspiros!
¡Dame, aunque sea un momento,
final cruel, un amor semejante!
Panagiotis Soutsos, incluido en Antología de la poesía griega. Desde el siglo XI hasta nuestros días (Ediciones Clásicas, Madrid, 1997, ed. de José Antonio Moreno Jurado).
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Muy bonito y dulce, Francisco.
ResponderEliminarGracias por compartirlo. Abrazos.
Pues si, Yayone, esa misma expresión usaría yo, bonito. Un abrazo.
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