Podemos transgredir todos los reinos,
besarnos en secreto
mintiendo un sentimiento.
Podemos decirnos sin saber quiénes somos
movidos por deseos impensables.
Podemos como Jove besar a los muchachos
llenos de deseo;
podemos copular con animales
también bellos;
podemos transgredir cuanto limita
nuestro incierto deseo;
podemos jugar, sin distinguirlos,
con el agua y el fuego;
podemos con vosotras, incitantes
muchachas, ir volando hacia lo incierto.
Si algo aprendí de Orfeo
es que debo transgredir todos los reinos.
Gabriel Celaya en Cantos y mitos (1984), incluido en Poetas órficos (Huerga y Fierro Editores, Madrid, 2004, ed. de Francisco Ruiz Soriano).
Otros poemas de Gabriel Celaya
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Este poema órfico es esclarecedor. Orfeo bajó al Hades para rescatar a su amada Eurídice y transgredió la prohibición de mirar hacia atrás cuando ella lo seguía y al hacerlo la regresó a su condición mortal. Nadie puede dejar de otear en su pasado constantemente y si pudiéramos vivir sólo hacia el futuro como si nuestros actos no tuvieran consecuencia ninguna o éstas no nos interesaran seríamos dioses. Esta, creo, es la tesitura del poema de Gabriel Celaya,.
ResponderEliminarMe cruzaba con él por las aceras desoladas de nuestro barrio de la Prospe, en Madrid. Puede que viniera de aprender de Orfeo.
ResponderEliminarAbrazos, siempre