He encontrado a una niña en la calle, y me ha abrazado. Equis, disertada, quien la halló y la halle, no la va a recordar. Esta niña es mi prima. Hoy, al tocarle el talle, mis manos han entrado en su edad como en par de mal rebocados sepulcros. Y por la misma desolación marchóse, delta al sol tenebloso, trina entre los dos. “Me he casado”, me dice. Cuando lo que hicimos de niños en casa de la tía difunta. Se ha casado. Se ha casado. Tardes años latitudinales, qué verdaderas ganas nos ha dado de jugar a los toros, a las yuntas, pero todo de engaños, de candor, como fue. César Vallejo en Trilce (1922), incluido en Obra poética completa (Alianza Editorial, Madrid, 1994).
Blog de #poesía: catálogo de #poetas y #poemas por nombre y por países. Editado por Francisco Cenamor.
César Vallejo, siempre extraordinario.
ResponderEliminarGrande, sin duda, Vallejo, y maestro.
ResponderEliminarEl candor de los primeros juegos eróticos infantiles, ay, no nos regresa nunca más. Pero nos queda su remebranza y poemas soberbios como el de Vallejo...
ResponderEliminarHola necesito ayuda, me podrían colaborar diciéndome que trata de decir Cesar Vallejo en ese poema
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